Actualidad y Opinión: Tasa de desocupación en lo que resta del 2022

tasa de desempleo

El desempleo continúa a la baja en pleno proceso de desaceleración

El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) trajo buenas noticias para el mercado laboral chileno, pero que igualmente deben interpretarse con cautela en el contexto económico nacional actual.

Durante el trimestre móvil junio-agosto, la Encuesta Nacional de Empleo arrojó nuevamente una disminución de la tasa de desocupación, la cual alcanzó un 7,9%, cifra que significa un descenso de 0,6 puntos porcentuales en comparación con el mismo período de 2021 y la sitúa levemente por debajo del 8% que había anticipado el mercado.

Esta disminución se explica porque el alza de la fuerza de trabajo, que llegó a un 6,5%, fue menor al de las personas ocupadas, que alcanzó un 7,2%, así como también por otros factores: el aumento de la participación y la ocupación, las cuales crecieron 3,0 y 3,2 puntos porcentuales respectivamente, obteniendo tasas de un 59,7% y un 55,0%; y la disminución de un 6,2% de la población fuera de la fuerza de trabajo.

Analizando los datos desde una perspectiva de género, las mujeres, que son el grupo que había sido más golpeado por los efectos de la pandemia, vieron caer su tasa de desocupación hasta un 8,2%, con un descenso de 0,5 puntos porcentuales en doce meses, y aumentar sus tasas de participación y ocupación en 4,0 y 3,9 puntos porcentuales, respectivamente. En el caso de los hombres, en cambio, la tasa de desocupación alcanzó un 7,7%, lo que, si bien implica una mayor baja, con 0,8 puntos porcentuales menos en el último año, refleja un menor crecimiento de las tasas de participación y ocupación, las cuales crecieron 2,1 y 2,4 puntos porcentuales, respectivamente. De esta manera, las mujeres con trabajo aumentaron en un 10,4% e incidieron bastante más fuertemente que los hombres en el alza de las personas ocupadas, cuyo incremento fue de un 4,9%.

A este crecimiento, los sectores económicos que más contribuyeron fueron la minería (32,1%), la industria manufacturera (8,1%) y el comercio (4,1%), a la vez que aportaron todas las categorías ocupacionales, siendo de todas formas las personas asalariadas formales (7,7%) y las trabajadoras por cuenta propia (4,2%) las que más influyeron.

Si bien estas nuevas cifras de la Encuesta Nacional de Empleo son positivas a nivel general y, además, son una excelente noticia para las miles de personas que han podido retomar su vida laboral, mantienen un escenario de estancamiento laboral. Aunque la tasa de desocupación se ha ido normalizando y la cantidad de personas ocupadas ha crecido, otros indicadores – como creación de empleo, ocupación y participación – nos indican que todavía no nos acercamos a los niveles de empleo que existían en Chile previo a la pandemia y, por lo tanto, su recuperación debe seguir siendo una prioridad a nivel país, más aún en el complejo proceso de desaceleración económica que atravesamos. Después de que la economía chilena cayó en 2020 en un 5,8% – su mayor baja en cuatro décadas-, y aunque se recuperó el año pasado más rápido de lo previsto – con una expansión del 11,7 % -, este 2022 no ha hecho más que mostrar signos de preocupación: un débil crecimiento, con una expectativa cercana al 1,8 %, porcentaje inferior además al proyectado inicialmente, y una inflación inédita que ya acumula un 13,7% y que ha producido una marcada alza en el costo de la vida.

En este contexto, considerando que ya han pasado más de dos años desde la pandemia y las señales nos muestran por fin que nos acercamos a su término, sería de esperar que la cantidad de personas ocupadas no solo volviera a ser la misma de inicios de 2020, sino que también vaya incrementándose para absorber la entrada de nuevas personas al mercado laboral de acuerdo con el crecimiento de la población. Y esto, claramente, no ha sucedido en nuestro país, donde aún no se ha vuelto a alcanzar la cantidad absoluta de ocupados ni tampoco los niveles relativos de ocupación de antes del Covid-19. Y aunque las proyecciones económicas para 2023 no son nada de auspiciosas, esperamos poder ver, más temprano que tarde, una recuperación del mercado laboral y evitar de esa forma sigan aumentando todas las consecuencias negativas que arrastra consigo el desempleo, tanto a nivel económico como social.

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